Elogio de la guerra
Pienso boca a boca
―como vida de un ahogado
en el cemento congelado
de ciudades y pueblos―
que si se mira adelante,
al amor que nos arrastra,
al sentirnos respirando
se olvidarían las canciones de guerra
sobre las estatuas,
sobre los destinos,
sobre el largo espacio
que queda en camino.
Tiempo de morirse
es este paso ensimismado
donde el hombre es condenado
a morir y a reírse.
Si algún visitante
de otra estrella nos hablara,
¿con qué lengua escribiría
la metralla, las balas y el mundo?
Este es un planeta