Apuntes para una canción a Yeyé
Quien indague por qué Casa de las Américas nos abrió sus puertas para que cantáramos en febrero de 1968, debe saber que aquel ademán solidario no salió del vacío, y menos porque abundaran noticias felices sobre los jóvenes trovadores. Por entonces era habitual que nos precediera una aureola de conflictivos, palabrita que solía usarse como sinónimo de “ten cuidado con ese”.