Casiopea




Como una gota fui de la marea,
la playa me hizo grano de la arena.

Fui punto en multitud por donde fui,
nadie me detectó y así aprendí.

Cuando creí colmada la tarea
volví mi corazón a Casiopea.

Cumplí celosamente nuestro plan:
por un millón de años esperar.

Hoy llevo el doble dando coordenadas
pero nadie contesta mi llamada.

¿Qué puede haber pasado a mi señal?
¿Será que me he quedado sin hogar?

Hoy sobrevivo apenas a mi suerte,
lejano de mi estrella, de mi gente.

El trance me ha mostrado otra lección:
el mundo propio siempre es el mejor.

Me voy debilitando lentamente.
Quizá ya no sea yo cuando me encuentren.