Oye




Oye,
tu recuerdo me ha parado en seco
en la tarde de ayer, de nuevo,
con su noche, de negro toda,
y al lado de unas tristes olas.

Oye,
tu recuerdo me ha llamado hoy tanto
en la blanca mañana, y cuánto
siento que no te viera ahora,
si ayer te vi pasar tan sola.

Quisiera verte y no pensarte,
pero es que temo tantas cosas.
¿Sabrás acaso darme
más que tu cara hermosa?

¿Podré contigo compartirme?
¿Podré entregarme y dividirme
en miles de impresiones,
o vendrás a aburrirme?

Oye,
pensamiento que apenas conozco,
te pregunto si yo respondo
a un sublime y ligero gusto,
o si lo que yo lloro es justo.

Quisiera verte y no pensarte,
pero es que temo tantas cosas.
¿Sabrás acaso darme
más que tu cara hermosa?

¿Podré contigo compartirme?
¿Podré entregarme y dividirme
en miles de impresiones,
o vendrás a aburrirme?

Oye, dime.